VICTORIA.- La primera fecha del torneo de ADAU dejó flotando en el campus de UdeSA una alegría contenida como la sonrisa de la Gioconda. Las chicas arrancaron temprano la jornada con un claro 2 a 1 contra Di Tella, configurando una nueva “maternidad” sobre sus rivales. Los chicos, por su lado, empataron un duro partido contra el último campeón (UB), que se hizo complicado por factores externos al juego.
Las Panteras Rosas, a paso firme
Las Panteras Rosas, a paso firme
Las chicas demostraron este sábado que el triunfo frente a Di Tella del fin de semana pasado no fue casualidad, y volvieron a ganarle con mucha autoridad, esta vez jugando por los puntos.
Nuevamente los goles fueron uno en cada tiempo. El primero en contra, luego de un córner muy bien ejecutado que la defensa visitante no pudo controlar. El segundo gol llegó, again, de la mano de la temible jugadora Julianne Foster, con un remate elevado desde fuera del área que se coló por encima de la arquera (un verdadero golazo). El descuento de Di Tella llegó en la última jugada del partido, luego de un tiro libre cerca del área, interceptado de casualidad por una jugadora contraria al lado del palo cuando la pelota se iba desviada.
El partido tuvo algunos puntos fuertes que vale la pena resaltar. Primero, la seguridad que ofreció Lu Hirthe en la valla (sin mencionar el buzo vintage que estrenó), dispuesta a arrojarse al piso cuando la situación lo requería. Segundo, el juego colectivo: fue uno de los encuentros de este joven equipo donde más jugadas grupales se vieron; una de ellas, tal vez la más destacada, tuvo como protagonistas a Vero Poenitz y Maggie Siri, en una deliciosa pared de futsal, que terminó con un mano a mano de Maggie desviado muy bien por la arquera visitante. Tercero, la concentración y la presión: el partido se jugó casi todo en el campo de Di Tella, y cuando se perdía la pelota, cada una volvía rápidamente a su puesto para intentar recuperarla. Y cuarto, como ya se venía perfilando, las incorporaciones yanquis están subiendo el nivel de juego: Rebecka, aportando solidez defensiva y fortaleza en los laterales; y Jullianne, que está “intratable” y en un idilio con la red que contagia al resto.
Tal vez, en la columna del haber, podemos ubicar el desempeño de Flor Neto, en la cual el público deposita grandes expectativas, pero que aún no ha gravitado como se espera de tan importante goleadora. Pero estamos convencidos de que pronto volverá a su mejor nivel y pagará con creces a medida que avance el torneo, para algarabía de la parcialidad que la sigue incondicionalmente.
Jugamos contra 13, y por eso tUBimos mala suerte
Los varones, tal como se anticipó en La Previa, tuvieron una difícil parada frente al último campeón de ADAU, el conjunto de la Universidad de Belgrano. El encuentro se disputó entrada la tarde del sábado en el Campus de UdeSA, con un clima óptimo y con la presencia de numerosos espectadores, entre los cuales se contaba un grupo de barras senegaleses, el “yorugua” Nico Miller, algunas de las chicas de fútbol femenino y dos nuevos incondicionales hinchas de UdeSA, amigos del DT Martín Mantaras.
Con el recuerdo de aquel condimentado 2 a 2 del último torneo, ambos equipos salieron a la cancha sabiendo que estaban protagonizando lo que va rumbo a convertirse en un clásico de ADAU. Ya en la primera jugada a favor de San Andrés, los defensores visitantes sacaron a relucir su aspereza, derribando violentamente al incansable Rama Alonso. Cinco minutos más tarde, otra falta fuerte de un defensor de UB, y esta vez el pito sí recordó que esas infracciones se castigan con amarilla. Los primeros instantes del encuentro fueron un monólogo sanandresino, pero con poca profundidad a la hora de la definición. Hasta que a los diez minutos llegó el primer momento Rexona de la tarde: pase en profundidad a Juampi, quien quedó mano a mano, y definió sutilmente por encima del guardavalla… pero la mala suerte haría su primera aparición en el partido, haciendo rebotar dos veces la pelota en los palos. Luego de la jugada, el insoportable arquero de UB se sacaría de lugar un dedo de la mano izquierda, provocando una interrupción de alrededor de cinco minutos que jugó en contra del ritmo ofensivo que estaban imponiendo los locales.
A partir de allí, el cotejo se emparejó, y el equipo de UdeSA debió recurrir a las faltas para controlar el medio campo que se iba perdiendo de a poco. Ale Vander (un extraño comodín del equipo) y Julián Genoud no lograban conectarse, y Emi Anselmi (amonestado por una fuerte infracción) conversaba con los suplentes para no sentirse tan solo por la banda izquierda.
Pasada la media hora, San Andrés volvió a inclinar la cancha a su favor; otro pique del “compadre del viento” Rama Alonso terminó en un mano a mano con el arquero de UB y posterior choque, con el ocho local en el piso como resultado. Muchos gritaron pidiendo penal, pero para el referí fue simulación, amarilla y a otra cosa.
A los treinta y siete llegó el segundo momento Rexona del match: córner de Rama desde la izquierda del ataque, cabezazo de Javo de pique al suelo y… la pelota que pega en el vértice del segundo palo, para luego irse por detrás del arco. A esta altura, los locales ya merecían ampliamente la victoria. Pero, como se dice normalmente, los goles no se merecen sino que se hacen. Y eso fue precisamente lo que hizo UB cuando ya terminaba el primer tiempo: una jugada por el frente izquierdo, la defensa de UdeSA que se desordena por primera vez en el partido, y gol de un delantero que entra sin marca por el otro palo. Uno a cero abajo, y al descanso.
En el segundo tiempo, las acciones principales volvieron a ser de los locales, salvo un remate aislado de UB que se le complicó al arquero Pancho: al querer sacar la pelota por encima del travesaño, ésta pegó en el larguero y quedó picando peligrosamente en el área chica para desconcierto de todos. El ingreso de Ivo Charnas y José le dio más toque y creación a la ofensiva, mientras que Pancho Ventura y Taylor entraron para buscar fortalecer la marca. Ante la salida de Gonza, Polirrubro Vander S.A. pasó a jugar de tres, puesto en el que se lo notó más firme y cómodo; de hecho, su mejor producción se vio en el complemento, siendo pieza clave a la hora de lograr el empate. Igualdad que se logró a los veintiocho minutos de la segunda etapa, luego de un pase de Ale en profundidad por la izquierda para Emi Anselmi, quien desbordó de manera impecable para poner un pase al medio que encontró a Rama Alonso solitario bajo el arco, que tardó un segundo eterno en definir la jugada… suspenso y posterior desahogo; el gol se gritó bien fuerte en el banco local, como un canto ritual para alejar al fantasma de la mala suerte que flotaba por el campo de juego.
Desde entonces San Andrés se empecinó por jugar por el costado izquierdo, pero sin mayores resultados. El costado derecho, por donde permanentemente asomaba Juampi (quien reemplazó a Emi Anselmi en el papel del llanero solitario), fue desaprovechado en numerosas ocasiones, y se extrañaron las clásicas subidas de Joaco Arosa de los segundos tiempos.
Pero si bien se logró ahuyentar al mal augurio, no se logró lo mismo con el halo de la injusticia. La pobrísima (y pedante) actuación del árbitro se vio coronada en el último minuto de juego, cuando no quiso ver que el (también pedante) arquero visitante pateó en la cara al defensor Agustín Etchart desde el piso, luego de que éste lo cargara en el aire. Clarísimo penal y clarísima expulsión (y juicio oral y público), que el pito resolvió ponciopilatamente con una amarilla para cada jugador, y tiro libre para UB por falta en ataque.
Aquí se desvirtuó el partido. El cronista se acercó a la jueza de línea para consultarle si había visto lo ocurrido. Ante la afirmación de la misma, le preguntó por qué no había dicho nada, siendo su respuesta: “Fue penal y expulsión, pero no puedo decir nada porque el árbitro no me pidió mi opinión”. Ante el asombro de quien les escribe por tamaño desconocimiento del reglamento del fútbol por parte de quien debe aplicarlo, el referí optó por el camino fácil de la represión soberbia, expulsando al cronista y a un integrante de la hinchada local que también osó cuestionar sus fallos. Día negro para la justicia y para la libertad de expresión.
Pero más allá de los obstáculos extrafutbolísticos que debió enfrentar, el equipo local se fue con la frente bien alta, incluso al borde de ganar el partido en la última jugada (luego de absurdos tres minutos de adición). Seguramente quedarán algunas clavijas por afinar (principalmente en la concentración defensiva y en la definición), pero en general, esta guitarra de once cuerdas está lista para dar un gran show en el concierto de la ADAU. No hay que olvidar que se tuvo al último campeón contra las cuerdas, y que este plantel puede dar mucho más. Seguramente las próximas fechas le darán la razón a esta esperanza.
Los varones, tal como se anticipó en La Previa, tuvieron una difícil parada frente al último campeón de ADAU, el conjunto de la Universidad de Belgrano. El encuentro se disputó entrada la tarde del sábado en el Campus de UdeSA, con un clima óptimo y con la presencia de numerosos espectadores, entre los cuales se contaba un grupo de barras senegaleses, el “yorugua” Nico Miller, algunas de las chicas de fútbol femenino y dos nuevos incondicionales hinchas de UdeSA, amigos del DT Martín Mantaras.
Con el recuerdo de aquel condimentado 2 a 2 del último torneo, ambos equipos salieron a la cancha sabiendo que estaban protagonizando lo que va rumbo a convertirse en un clásico de ADAU. Ya en la primera jugada a favor de San Andrés, los defensores visitantes sacaron a relucir su aspereza, derribando violentamente al incansable Rama Alonso. Cinco minutos más tarde, otra falta fuerte de un defensor de UB, y esta vez el pito sí recordó que esas infracciones se castigan con amarilla. Los primeros instantes del encuentro fueron un monólogo sanandresino, pero con poca profundidad a la hora de la definición. Hasta que a los diez minutos llegó el primer momento Rexona de la tarde: pase en profundidad a Juampi, quien quedó mano a mano, y definió sutilmente por encima del guardavalla… pero la mala suerte haría su primera aparición en el partido, haciendo rebotar dos veces la pelota en los palos. Luego de la jugada, el insoportable arquero de UB se sacaría de lugar un dedo de la mano izquierda, provocando una interrupción de alrededor de cinco minutos que jugó en contra del ritmo ofensivo que estaban imponiendo los locales.
A partir de allí, el cotejo se emparejó, y el equipo de UdeSA debió recurrir a las faltas para controlar el medio campo que se iba perdiendo de a poco. Ale Vander (un extraño comodín del equipo) y Julián Genoud no lograban conectarse, y Emi Anselmi (amonestado por una fuerte infracción) conversaba con los suplentes para no sentirse tan solo por la banda izquierda.
Pasada la media hora, San Andrés volvió a inclinar la cancha a su favor; otro pique del “compadre del viento” Rama Alonso terminó en un mano a mano con el arquero de UB y posterior choque, con el ocho local en el piso como resultado. Muchos gritaron pidiendo penal, pero para el referí fue simulación, amarilla y a otra cosa.
A los treinta y siete llegó el segundo momento Rexona del match: córner de Rama desde la izquierda del ataque, cabezazo de Javo de pique al suelo y… la pelota que pega en el vértice del segundo palo, para luego irse por detrás del arco. A esta altura, los locales ya merecían ampliamente la victoria. Pero, como se dice normalmente, los goles no se merecen sino que se hacen. Y eso fue precisamente lo que hizo UB cuando ya terminaba el primer tiempo: una jugada por el frente izquierdo, la defensa de UdeSA que se desordena por primera vez en el partido, y gol de un delantero que entra sin marca por el otro palo. Uno a cero abajo, y al descanso.
En el segundo tiempo, las acciones principales volvieron a ser de los locales, salvo un remate aislado de UB que se le complicó al arquero Pancho: al querer sacar la pelota por encima del travesaño, ésta pegó en el larguero y quedó picando peligrosamente en el área chica para desconcierto de todos. El ingreso de Ivo Charnas y José le dio más toque y creación a la ofensiva, mientras que Pancho Ventura y Taylor entraron para buscar fortalecer la marca. Ante la salida de Gonza, Polirrubro Vander S.A. pasó a jugar de tres, puesto en el que se lo notó más firme y cómodo; de hecho, su mejor producción se vio en el complemento, siendo pieza clave a la hora de lograr el empate. Igualdad que se logró a los veintiocho minutos de la segunda etapa, luego de un pase de Ale en profundidad por la izquierda para Emi Anselmi, quien desbordó de manera impecable para poner un pase al medio que encontró a Rama Alonso solitario bajo el arco, que tardó un segundo eterno en definir la jugada… suspenso y posterior desahogo; el gol se gritó bien fuerte en el banco local, como un canto ritual para alejar al fantasma de la mala suerte que flotaba por el campo de juego.
Desde entonces San Andrés se empecinó por jugar por el costado izquierdo, pero sin mayores resultados. El costado derecho, por donde permanentemente asomaba Juampi (quien reemplazó a Emi Anselmi en el papel del llanero solitario), fue desaprovechado en numerosas ocasiones, y se extrañaron las clásicas subidas de Joaco Arosa de los segundos tiempos.
Pero si bien se logró ahuyentar al mal augurio, no se logró lo mismo con el halo de la injusticia. La pobrísima (y pedante) actuación del árbitro se vio coronada en el último minuto de juego, cuando no quiso ver que el (también pedante) arquero visitante pateó en la cara al defensor Agustín Etchart desde el piso, luego de que éste lo cargara en el aire. Clarísimo penal y clarísima expulsión (y juicio oral y público), que el pito resolvió ponciopilatamente con una amarilla para cada jugador, y tiro libre para UB por falta en ataque.
Aquí se desvirtuó el partido. El cronista se acercó a la jueza de línea para consultarle si había visto lo ocurrido. Ante la afirmación de la misma, le preguntó por qué no había dicho nada, siendo su respuesta: “Fue penal y expulsión, pero no puedo decir nada porque el árbitro no me pidió mi opinión”. Ante el asombro de quien les escribe por tamaño desconocimiento del reglamento del fútbol por parte de quien debe aplicarlo, el referí optó por el camino fácil de la represión soberbia, expulsando al cronista y a un integrante de la hinchada local que también osó cuestionar sus fallos. Día negro para la justicia y para la libertad de expresión.
Pero más allá de los obstáculos extrafutbolísticos que debió enfrentar, el equipo local se fue con la frente bien alta, incluso al borde de ganar el partido en la última jugada (luego de absurdos tres minutos de adición). Seguramente quedarán algunas clavijas por afinar (principalmente en la concentración defensiva y en la definición), pero en general, esta guitarra de once cuerdas está lista para dar un gran show en el concierto de la ADAU. No hay que olvidar que se tuvo al último campeón contra las cuerdas, y que este plantel puede dar mucho más. Seguramente las próximas fechas le darán la razón a esta esperanza.